viernes, 27 de septiembre de 2019

Reflexionemos


Hoy estamos nuevamente entrampados por ese «apetito de poder» de los llamados «padres de la patria», que con su mayoría hacen espíritu de cuerpo, me refiero a Fuerza Popular, que no son otros que los fujimoristas, secundados, como siempre, por los apristas y otros grupos serviles.
Con ese «apetito de poder», o por el «cuarto de hora» en que viven estos grupos, hacen y deshacen a su antojo, el futuro de nuestro país, sin pensar ni un segundo en el Perú, que para eso no fueron elegidos, sólo piensan en sus propios intereses, con gente en el hemiciclo sin criterio, sin conocimiento de lo que hacen, sólo les interesa ellos mismos.
Es muy triste ver cómo se ha podido elegir a esa calidad de personas, quizás votando por votar, por bromear, por apostar, por ver qué pasa, por recibir unas dádivas, por congraciarse con los amigos, por no responsabilizarse de las consecuencias de un voto sin pensar.
Estamos, inclusive ad portas de ver cómo retrocedemos en la Educación Superior, las Universidades que se han multiplicado con fines de lucro, por ese «propio interés» de estos seudo-congresistas de todas las bancadas, ya que no les interesa la correcta formación profesional de nuestros jóvenes, sino su propio beneficio y el esconder su pobreza de espíritu, sus trampas, sus delitos y que se ventile su corrupción.
En nuestro país tenemos tres poderes: Poder Ejecutivo con el Presidente de la República, Vicepresidentes, Consejo de Ministros; el Poder Legislativo con el Congreso de la República y El Poder Judicial, tres poderes independientes, cada uno tiene su propio rol.
El Poder Ejecutivo administra el Estado, puede proponer leyes que el Poder Legislativo estudia y evalúa para aprobar y luego las envía al Ejecutivo para su promulgación, este poder promulga, ejecuta; el Poder Legislativo hace las leyes, el Poder Judicial, juzga, castiga a quien no cumpla las leyes.
Pero ahora todo está trastocado, el Legislativo olvidó su rol, es Fiscalicativo (si se puede usar esa expresión), es juez y parte, es obstruccionista total de cualquier proyecto del Ejecutivo, si no lo califica de mamarracho u otros insultos (dignos de gente sin criterio), los archiva sin más ni más y las leyes no se dan.
La inseguridad impera en todo el país, porque las leyes no se modifican, están dadas para favorecer a los delincuentes y no para proteger al ciudadano, impera la injusticia, el Legislativo no está haciendo su trabajo, se blindan unos a otros en el Congreso y en las calles impera el descontrol, que debería ser regulado por leyes coherentes.
Estamos de cabeza, el Ejecutivo está atado de manos, ya que el Legislativo no legisla y el Poder Judicial no puede aplicar la ley, ya que allí están los compadrazgos de ese grupo delincuencial que sigue en el poder, me refiero a los seguidores de Fujimori, herederos de un gobierno corrupto, autor de la destrucción de las instituciones en el país.
¿Hasta cuándo vamos a ser ciegos y seguimos con el show Fujimori, Apra y grupos serviles?
El Perú necesita despertar y hacer respetar su derecho a tener autoridades capaces, que hagan las cosas por el Perú, servir al Perú y no servirse de él.
Aprendamos que podemos hacer uso de nuestras riquezas naturales, siempre y cuando lo hagamos racionalmente, en comunión del hombre con la naturaleza, sin depredar, sin destruir, respetando las leyes, sin caer en manos de personas inescrupulosas (mineros ilegales, traficantes de tierras, …). Aprendamos a defender y cuidar nuestra casa.
Sueño con un Perú, donde se respire paz, seguridad, una educación adecuada, digna de un país del primer mundo, donde prime «Mis derechos terminan donde empiezan los derechos de los demás», donde el orden, la limpieza sean primordiales y que convivamos en armonía con la naturaleza, cuidando, respetando y trabajando por la biodiversidad que ha sido regalada a este nuestro maravilloso país que es el Perú.
CUIDEMOSLO.

jueves, 19 de septiembre de 2019

Un granito de arena


Después de la tormenta viene la calma, así trato de ver la vida, día a día y desde donde estoy ayudar con un granito de arena a la recomposición de nuestro querido Perú.
Mi familia es lo más importante para mi y através de ella, pongo ese granito de arena.
Soy profesora de profesión, ya jubilada, pero no ciega, y estoy convencida que la buena educación y formación de los ciudadanos, con valores, es el punto clave para que un país se desarrolle.
Todo empieza en casa y la escuela es una ayuda; cada familia tiene una tarea muy importante desde las actividades cotidianas, desde lo más simple, mantener un orden de las cosas así se ordena la mente, enseñarlo como jugando y con el ejemplo a los más chicos, que todos tengamos presente, siempre con amor.
«Es mejor no ensuciar, así se limpia menos.»
«La basura tiene su lugar, no el piso, ni ningún otro, ni la calle, ni el carro, ni todo lugar donde nos encontremos.»
«Los derechos de uno terminan donde empiezan los derechos de los demás.»
«En toda competencia hay ganadores y perdedores, hay que saber perder.»
En toda sociedad hay reglas, leyes, para una convivencia civilizada, «enseñar con el ejemplo el cumplimiento de esas reglas, leyes».
El tiempo que dediquemos a nuestros hijos, que sea de calidad, no siempre la cantidad de tiempo es lo mismo o mejor que la calidad de tiempo, estar realmente con ellos, que sientan que estamos con ellos, que esperen nuestro regreso a casa con alegría y no con temor.
Desde niños los valores inculcados en casa y corroborados en la escuela, salen a relucir cuando son adultos, el respeto a los demás, el cumplir con las leyes, que son importantes para el desarrollo de un país.
Tengamos presente el legado de nuestros antepasados:
«Ama Sua», «Ama Quella», «Ama Llulla». No seas ladrón, no seas ocioso, no seas mentiroso, principios que debemos recordar y aplicar en nuestra vida, enseñarlos a nuestros hijos y ellos a los suyos…
Si todos ponemos ese granito de arena, empezando con nuestra familia, la suma de todas las familias y granitos de arena, hará posible que nuestro querido Perú avance y sea una gran familia, que todos ayudamos a formar, hacer crecer, cuidar y nos sentiremos orgullosos del logro, así como enorgullecernos por los logros de nuestros hijos.